Cielo NewmanHace unas semanas, asistíamos con gozo a la beatificación del Cardenal John Henry Newman, uno de los hombres más influyentes del pensamiento cristiano del siglo XIX. El acontecimiento ha estado envuelto por la visita de estado del Papa Benedicto XVI y de múltiples opiniones acerca de la trascendencia ecuménica que tendrá en un futuro próximo el evento, dado el particular camino espiritual recorrido por el nuevo beato pasando de la Iglesia Anglicana a la Católica.

Sin embargo, considero que se ha insistido mucho en el hecho de su conversión al catolicismo y realmente poco sobre el lugar particular que encontró en la Iglesia Católica para vivir su fe: me refiero a su vocación como miembro del Oratorio de San Felipe Neri.

 

El camino universal de salvación se concreta en la vida de cada uno en una vocación particular, específica, que es la que da sentido y orientación a los pasos que se dan día a día. Todos estamos llamados a la santidad, pero cada uno debemos descubrir cómo, por dónde, de qué modo.

Newman descubrió su vocación particular como hijo de san Felipe, y el Oratorio fue el marco en el que creció humana y espiritualmente, dio a luz muchos hijos y alcanzó la vida eterna. Son conocidas las penas e incomprensiones por las que pasó, especialmente por parte de obispos de la Iglesia; pero su sufrimiento dio mucho fruto,hasta el punto de que se le considera uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II.

Hoy, fiesta del Beato Cardenal John Henry, miembro del Oratorio de San Felipe Neri, inicio este blog en recuerdo de este ilustre hijo de San Felipe, agradeciéndole haberme guiado hasta San Felipe Neri para alcanzar la vida eterna por el mismo camino que él anduvo hace un siglo y medio.{jcomments on}