Oratorio San Felipe Neri de Alcalá de Henares

 

Alcalá fue fundada por los romanos y a la que ésto dieron nombre de Complutum. Fue destruida hacia el año 1000 y reconstruida en 1083 por los musulmanes. En 1348 fue sede de las Cortes de Castilla convocadas por Alfonso XI en las que se elaboró el Ordenamiento de Alcalá y Las Partidas.

En 1498 el eclesiástico y político Francisco Jiménez de Cisneros creó aquí la Universidad Complutense, que se convirtió en un importante centro de enseñanza de España y hasta el día de hoy, es la perla de la ciudad. En 1517 se imprimió en Alcalá la famosa Biblia Políglota Complutense. Es el lugar de nacimiento de dos destacados escritores españoles: el Arcipreste de Hita y Miguel de Cervantes Saavedra. Entre los monumentos más importantes caben citarse la iglesia Magistral, de estilo gótico, el palacio arzobispal (siglo XVI) y la universidad de estilo renacentista.

BREVE HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN

La Congregación del Oratorio de San Felipe Neri de Alcalá de Henares, es una de las primeras fundadas en España, y corresponde a la época más abundante en fundaciones filipenses en el mundo, que es el siglo XVII y en España el tiempo del reinado de Carlos II, el mismo rey que concede a Alcalá el título de "ciudad".

El fundador del Oratorio de Alcalá es Don Martín de Bonilla y Echevarría, un canónigo de la iglesia de Ávila, que empieza las primeras gestiones fundacionales en agosto de 1694, presentando un memorial al cardenal de Toledo D. Luis Fernando Potocarrero. En el documento D. Martín Bonilla y Echevarría, pide la autorización para fundar una Congregación del Oratorio, a ejemplo de la existente en Madrid y en otras ciudades de España, Italia y otros países europeos. Asimismo el prelado indicaba en su memoria, que como Alcalá era una ciudad universitaria a la que acudían numerosos maestros y discípulos, el Oratorio podía prestar un adecuado servicio para contrarrestar la decadencia de instituciones en las que se aprecian síntomas de profunda crisis.

El Oratorio no iba a ser un colegio para estudiantes, sino un centro pastoral con dedicación a los universitarios y a todas las demás necesidades pastorales dentro de la ciudad y siempre en el marco diocesano. El Señor Cardenal, antes de autorizar la fundación consultó a distintos organismos de la ciudad y la misma Universidad, sobre la utilidad de una tal fundación. La consulta resultó favorable y D. Eusebio de los Ríos, catedrático de la Universidad, manifestó, por su parte, que no dudaba de la utilidad de esta fundación por los ejercicios a que se dedicaba, comprobados ya en toda Europa, con una tradición de más de un siglo de vida en el seno de la Iglesia Católica. Dieron sus pareceres otras personalidades como: D. Diego Castell, canónigo de la Magistral y D. Dionisio Paredes, prepósito del Oratorio de Madrid. Recogidos todos los informes, el Señor Vicario General y Gran Canciller de la Universidad, D. Juan Caldera, encargado por el Cardenal, de estudiar el tema, añadió de su parte, ante el Señor Cardenal: "... que la fundación sería de gran utilidad para los fieles y sería del agrado de Dios y haría bien a la juventud, pues aunque había tantos religiosos en la ciudad, éstos no tenían ninguna actividad pastoral, ocupados únicamente en actividades académicas. Por otro lado, la fundación del Oratorio no supondría ninguna carga económica ni para los fieles ni para la curia".

Una vez visto, que las razones alegadas por el Dr. D. Martín de Bonilla estaban bien fundadas, el 4 de noviembre de 1694, el Sr. Cardenal concedió la licencia para el nacimiento del Oratorio de Alcalá de Henares. El lugar de la fundación del Oratorio, desde los primeros momentos de la fundación, es el actual.

Los Padres fundadores compraron unas casas, en su mayor parte arruinadas y convertidas ya en solares. Dicha operación se hizo ante el escribano real Juan de Aranda. A toda prisa se habilitó una de las casas, para que sirviera al menos de oratorio provisional, y también se construyó un improvisado campanario. La primera misa fue celebrada el 5 de diciembre, por el Señor Vicario D. Juan Caldera, lo cual se hizo en presencia de toda la iglesia y la ciudad con la común aprobación. El provisional lugar del culto del Oratorio, fue por entonces, el espacio que hoy ocupa la Sacristía y así se quedó hasta 1698, año en que se toma la decisión de levantar una iglesia y cuya construcción termina en 1704.

El maestro que dirigió toda la obra fue Bartolomé Oñoro, colaboró con él D. Manuel Crespo a quien correspondió terminar la obra al morir D. Bartolomé Oñoro. Las puertas fueron obra del maestro Pedro Crespo. La nueva iglesia poseía un retablo, obra de Tomás de Busto. Las tallas de San Felipe y de Santa Teresa, que se conservan en el presbiterio, son todavía donativos de D. Martín de Bonilla y Echevarría. El principal bienhechor de la nueva fundación es su fundador D. Martín Bonilla y Echevarría quien hizo muchas donaciones a favor del Oratorio; otro, un Sargento de la Nueva España, D. Juan Pérez Merino, de quien se conserva la pintura de la Virgen de Guadalupe y el mismo pueblo de Alcalá con sus limosnas. Como hemos dicho, la Congregación del Oratorio fue fundada para labores pastorales.

Para asegurarles un buen nivel, los Padres de inmediato dieron prioridad a una buena Biblioteca para responder a la carencia intelectual de la época, dedicando un espacio privilegiado de la casa para ella. A lo largo de estos pasados tres siglos, no cabe duda, que la existencia del Oratorio tuvo su importancia en la historia de Alcalá. Baste con recordar a Acosta de la Torre, que publica su "Guía" a finales del siglo pasado, y dice lo siguiente: "El siglo XVII tocaba a su término y antes que sonara su última hora una nueva Congregación venía a ilustrar con su ciencia y su enseñanza a la ciudad de Alcalá. Tal fue la fundación que llevó a cabo el Doctor Don Martín de Bonilla y Echevarría".

De las veintiuna comunidades religiosas que albergó en su seno Alcalá de Henares, hoy hay dos: la de los filipenses, única de las antiguas, (....) casi todas las jóvenes distinguidas de la ciudad, en número considerable forman una gran asociación de , que con entusiasmo creciente tributan solemnes cultos a la augusta Madre de Dios en el Oratorio de San Felipe (....).

Los Padres de esta respetable Congregación, misioneros perpetuos, por decirlo así, tienen por instituto confesar y predicar, y con sus trabajos evangélicos producen tan buenos resultados en la instrucción y moralización de los fieles, que no sólo los exceptuó el Gobierno del Decreto General de Extinción de Ordenes Religiosas, sino que les pasa una cantidad anual para su subsistencia (....). Los momentos más tristes en la historia del Oratorio fueron los que afectaron a toda la nación: Invasión Napoleónica y la Guerra Civil Española. En ambos casos los Padres del Oratorio tuvieron que suspender sus trabajos pastorales y desaparecer por algún tiempo.

Hasta 1811, la iglesia del Oratorio conservó su esplendor y decoración originales, pero en este año fue saqueado y expoliado por los franceses. Su espléndido retablo quemado y el templo convertido en granero. Tres años más tarde, con la vuelta de Fernando VII, la iglesia fue recuperada y más tarde, en 1854 restaurada a costa del reino de Isabel II. Otra interrupción en la historia del Oratorio se produjo en nuestros tiempos, que algunos recuerdan aún como si eso ocurriera sólo ayer. Nos estamos refiriendo naturalmente a la Guerra Civil Española. Los Padres tuvieron que abandonar el Oratorio, forzados por las circunstancias, viendo como la iglesia se convertía en almacén de material militar y el sótano del convento, en un lugar, donde muchas personas encontraron la muerte. Esto ocurrió en julio de 1936. Afortunadamente, ni la iglesia ni la residencia de los Padres sufrieron grandes destrozos, como por ejemplo, la tan cercana iglesia de la Magistral, (sí, se perdió el espléndido órgano que poseía la iglesia, traído desde Inglaterra a principios del siglo XX y montado por la casa Norman Beard, Ld. de Norwich) y los Padres pudieron rehacer la vida comunitaria con relativa facilidad, lo que tiene lugar el 1 de noviembre de 1942.

Antes de estallar la Guerra Civil Española, destacó en la historia del Oratorio la figura del P. José Lecanda, quién llevó a cabo una importante obra de restauración de la iglesia. Era Catedrático de Arte y como tal fue nombrado Delegado de Gobierno para la conservación del Patrimonio de toda la ciudad de Alcalá de Henares. A él se debe la conservación de muchos objetos de valor histórico-artístico. Siendo persona de gran prestigio y debido a su origen vasco, ejercía una gran influencia sobre su paisano D. Miguel de Unamuno, quien fue un fiel huésped del Oratorio, donde encontraba un alivio para su vida interior. El P. Lecanda murió en "exilio", en su tierra natal un día singular, el 26 de mayo de 1939.

ORATORIO DE ALCALÁ EN LA ACTUALIDAD

En los últimos años, se acometieron importantes obras de rehabilitación y restauración del Patrimonio lo que necesitaban tanto los edificios como el momento, pues el Oratorio se acercaba a celebrar el III Centenario de la fundación (1694-1994). Desde entonces, el Oratorio cuenta con un Museo abierto al público, donde se expone una importante colección de pinturas del siglo XVII y XVIII; asimismo se han recuperado y modernizado las instalaciones de la mencionada Biblioteca, la cual alberga en sus dependencias el Legado de todas las generaciones de Padres que vivieron en esta casa y que la iban enriqueciendo con nuevas e importantes obras, convirtiendo su Biblioteca en un rincón histórico.

Respondiendo a la gran expansión de la Universidad Complutense en los últimos años, el Oratorio de Alcalá vuelve a su idea fundacional de dedicarse al mundo universitario y está habilitando su propio edificio para acoger estudiantes. Esta realidad de alguna manera obliga a los Padres que actualmente componen el Oratorio a orientar el futuro y la obra de esta casa por el camino tanto pastoral como cultural. Dada la cercanía de este Oratorio de la capital de España y del aeropuerto Internacional Madrid-Barajas, este Oratorio se ofrece a todos los Oratorios como puente entre América y Europa, para lo cual cuenta con adecuadas estancias para acoger a la gente de paso o para realizar estudios en Europa.

EL ORATORIO DE ALCALÁ DE HENARES QUEDA, PUES, ABIERTO A TODOS LOS FILIPENSES Y HOMBRES DE BIEN DEL MUNDO ENTERO.

(P.P. Bolek C.O.)

Plaza Padre Lecanda 4
28801 Alcalà de Henares (Madrid)
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