Con este título se emitía el año pasado un programa de TV en la Rai2 (que os adjunto), sobre una nueva iniciativa que pretende recuperar el sentido originario de la fiesta de "All-Hallows-Eve" (posteriormente transformado en "Halloween") y ofrecer a los cristianos una celebración alternativa a los festejos tan extendidos de la noche del 31 de octubre.
Me resulta llamativo que, la mayoría de los entrevistados en el reportaje, no conocen el sentido de la fiesta de Halloween que celebran ni lo que significa realmente, y que reducen a una mera e inocente"excusa" para vestirse de miedo, gastar unas cuantas bromas e ir por las casas pidiendo golosinas.
Después de escuchar el testimonio de Doreen Irvine, Cristina Kneer y otros que vivieron en plenitud lo que significa la fiesta de Halloween, veo el peligro real de esta fiesta macabra y lo benéfico que es recuperar el valor de todo lo que se contrapone a esta celebración infernal: lo bello, lo bueno, lo verdadero, el amor, la vida en todos sus órdenes, pero principalmente la humana...la más valiosa que hay sobre la faz de la tierra, y que está llamada a ser glorificada, divinizada, en la resurrección final.
La iniciativa de Holyween, ideada por el P. Andrea Brugnoli, pretende que los cristianos no olvidemos que ya tenemos nuestra propia fiesta, por eso se nos invita a colgar de las ventanas, terrazas, balcones y puertas de nuestras casas imágenes de santos, a sustituir las amenazantes caras de las calabazas por sonrisas y a cambiar los trajes de brujas y demonios y por los disfraces de santos. algunas iglesias, tienen expuesto en la Eucaristía al Santo de los santos, para que sea adorado, bendecido y alabado por todos aquellos que no quieren ni truco ni trato.
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