Oratorio San Felipe Neri de Alcalá de Henares

Tracts_teando

La verdadera alegríaTodos hemos experimentado alegría alguna vez, recordamos con ilusión los momentos más alegres que hemos vivido y, a veces, hasta intentamos "enlatar" en nuestras cámaras esas experiencias, lamentando que escapen y no vuelvan más; eso demuestra que no nos conformamos con alegrías pasajeras, parece que nuestro corazón presiente que existe una alegría permanente, perfecta, eterna...y no se conforma con menos.

 Pero además, también tenemos experiencia de la tristeza que limita esa alegría, del dolor físico y moral, del sufrimiento y la angustia, de las miserias que nos rodean en tantas situaciones que más de una vez hacen que nos preguntemos: y esto, ¿por qué?, ¿tiene sentido esta vida? ¿merece la pena vivir esta vida? ¿esto es vida?...y llegamos a ver absurdo anhelar incansablemente una alegría que no puedo alcanzar, dejo de creer en ella, empiezo a pensar que la felicidad es una utopía.

Don de Dios

El jueves pasado estuve rezando en la capilla del hospital de Parla, y leí este versículo del libro de la Sabiduría, que reconozco me zarandeó interiormente al darme cuenta de que estaba en la ciudad madrileña donde se habían registrado más abortos durante el año 2009 y la única de la región en que crecieron sus cifras; en Parla se realizaron más abortos que en Madrid capital... Y la palabra que Dios tenía ese día para mí era esa: que Él es "amigo de la vida", que ama a todos los seres y no odia nada de lo que ha creado.

Desde la mitad del capítulo 11 hasta la mitad del 12, el autor del libro de la Sabiduría nos ofrece una bella reflexión sobre el poder y la misericordia de Dios, es más, la idea central es que la misericordia de Dios es una manifestación de su omnipotencia: "Te compadeces de todo porque todo lo puedes" (Sb 11,23).

Zaqueo

En la primera carta que escribe a Timoteo, San Pablo le asegura que Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (I Tim 2,4), lo cual es prueba de la universalidad de la redención de Cristo y garantía para todos de poder acercarnos a Dios con la confianza y la seguridad de experimentar su amor y su perdón. Pero, aunque Dios nos tiende su mano ofreciéndonos una vida fundamentada en la Verdad, me parece que no nos atrevemos a coger su mano...¿por qué? Las respuestas son múltiples.

Cuando leo en el libro de la Sabiduría que Dios "cierra los ojos a los pecados de los hombres para llevarlos al arrepentimiento" (Sb 11,23), como que es capaz de olvidar mis pecados mostrándome que me ama por encima de ellos  que es capaz de perdonar cualquier cosa, siempre que yo me arrepienta y le pida perdón, entiendo lo valioso que soy para Él y lo grande que es el plan que tiene para mí. Sólo cuando tomo conciencia de cuánto se me ha perdonado soy consciente de cuánto he sido amado, de cuál es la grandeza de mi valor.

J. H. Newman Si por algo se caracterizó a J. H. Newman fue por su deseo firme y constante por vivir en la verdad; la buscó con todo su corazón, la encontró, supo transmitírnosla y ahora goza de ella eternamente. La verdad nos interroga constantemente sobre nuestra vida, si vivimos conforme a ella o no, por lo que nos empuja sutilmente a una conversión, a una reforma interior continua; y eso fue lo que experimentó Newman desde que vivió su primera conversión a los quince años: un proceso continuo de conversión, en el que se vieron involucrados otros muchos.

Cielo NewmanHace unas semanas, asistíamos con gozo a la beatificación del Cardenal John Henry Newman, uno de los hombres más influyentes del pensamiento cristiano del siglo XIX. El acontecimiento ha estado envuelto por la visita de estado del Papa Benedicto XVI y de múltiples opiniones acerca de la trascendencia ecuménica que tendrá en un futuro próximo el evento, dado el particular camino espiritual recorrido por el nuevo beato pasando de la Iglesia Anglicana a la Católica.

Sin embargo, considero que se ha insistido mucho en el hecho de su conversión al catolicismo y realmente poco sobre el lugar particular que encontró en la Iglesia Católica para vivir su fe: me refiero a su vocación como miembro del Oratorio de San Felipe Neri.