El amor propio es como una membrana que envuelve nuestro corazón; es doloroso arrancarla, y cuanto más se llega a la carne viva, más dolor cuesta (San Felipe Neri)
El amor propio es como una membrana que envuelve nuestro corazón; es doloroso arrancarla, y cuanto más se llega a la carne viva, más dolor cuesta (San Felipe Neri)