El que ama de veras a Dios, llora tanto a veces en la oración que tiene que decir: “Señor, basta; templad mi fervor.” (San Felipe Neri)
El que ama de veras a Dios, llora tanto a veces en la oración que tiene que decir: “Señor, basta; templad mi fervor.” (San Felipe Neri)