A pesar de que oficialmente la asociación infantil y juvenil ASFENERI se creó en Septiembre del 2009, la idea surgió durante el verano del 2008.
Encontrándonos varios de los miembros del oratorio seglar y de la Congregación de vacaciones en la localidad lucense de Foz, en una de las salidas veraniegas de cada año, los más jóvenes del oratorio sugirieron crear una asociación infantil.La propuesta se hizo porque muchos de estos jóvenes, catequistas y monitores, veían la necesidad de muchos padres de dejar a sus hijos con alguien para poder llevar a cabo las labores diarias que los trabajos impedían hacer durante el resto del día. Los chicos pasaban muchas tardes solos y mal cuidados, debido a esto, se pensó que era necesario crear un lugar en el que nuestros más pequeños pudieran ser atendidos en un clima de confianza, cariño, y espiritualidad católica.
Y la idea, comenzó a tomar forma. Durante todo el 2009, se estuvieron valorando diferentes posibilidades de cómo enfocar las actividades, como financiarlo, quien se podría hacer cargo de ello, pero no fue hasta el verano del 2009, cuando se empezaron a tomar decisiones. Reunidos los miembros de la Congregación con casi todos los del oratorio se habló largamente de este asunto, muchos se ofrecieron como voluntarios para apoyar esta actividad, que se veía algo querido por Dios, y se decidió comenzar en la antigua casa de los padres, convertida ahora en salas de catequesis de la parroquia San Bernardo de Parla.
Tras el pertinente papeleo oficial, la asociación infantil y juvenil ASFENERI comenzó su andadura a principios de Septiembre. Durante todo ese mes se comenzaron a planificar las actividades del curso completo y ya en Octubre comenzaron a apuntarse los primeros niños, desde 1 año hasta los 15. Aunque el comienzo fue un poco complicado, ya que éramos muy pocos los que llevábamos a cuestas la asociación, Dios fue saliendo al encuentro con nuevos voluntarios, que nos han ido permitiendo crecer en los primeros meses. En el primer mes ya estaban apuntados 60 niños (sin contar a los voluntarios, que eran unos 10).
En Noviembre ya éramos 100, sin incluir los muchos que se quedaron en lista de espera ante la imposibilidad de poder atender por el momento, a más niños y niñas.
Patricia y David Rueda